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Recientemente estuve por primera vez en mi vida en verano en la ciudad de Mar del Plata. Ya había pasado por ahí pero siempre fuera de época, de hecho la primera vez que fuí hace unos 12 años, el día anterior había nevado así que imagínense EL frío que hacía, así con mayúsculas.
En todas estas oportunidades nunca había tenido la chance de pisar la playa. Creo que lo más cercano que estuve fue a 2 cuadras del agua, por lo que nunca había visto lo que realmente significa "playa colmada" y lo entendí al estar el domingo por la tarde ahí. Realmente atroz y asombroso convivir en esa marea sudorosa de argentinos (sobre todo porteños) tan pero tan arquetípicos que uno termina pensando que es una cámara oculta. Como dijo un amigo mío es un auténtico "suicidio antropológico" meterse en la marea que recurre a las playas populares, por lo que con un sólo día en los que estuve apenas 5 horas en la playa aprendí sobre "La Feliz" más que habiendo leído años.
Les cuento algunas cosas que aprendí sobre Mardel:
- Hay gente que paga por ver una obra con Ricardo Fort como protagonista. En serio. No jodo.
- La concentración de celulitis por metro cuadrado que pude ver supera lo conocido.
- Las parejas jóvenes que van a la playa a los 25 años ya tienen 4 pibes en promedio y el más grande ya tiene 15 años.
- Hay gente que paga por ver una obra con el travesti Moria Casán como protagonista. Y van por propia decisión, no jodo.
- Esto pasa en todos lados: las mujeres de más de 50 creen que ir a la playa es acercarse a la orilla, agacharse y tirarse un par de gotas de agua en los hombros.
- Parece que a las minas le gustan los tipos disfrazados de Wachiturro, si no no hay manera de explicar que 8 de cada 10 se vistan así.
- Se pueden hacer unas monedas casi haciendo cualquier cosa, vi unos pibes que te cobran para hacerte el agujero en la arena para la sombrilla.
- Si tirás un par de sogas podés apoderarte de la cantidad de terreno que necesites para jugar al tejo. Muy lindo ver eso en un lugar en el que la densidad de población es de 150 personas por metro cuadrado.
- Hay gente que paga por ver una obra con Ricardo Fort como protagonista. En serio. No jodo.
- De verdad, hay gente que paga por ver a Fort.
Algunas fotos interesantes que tomé reflejan un poco la idiosincracia de algunos comerciantes marplatenses. La que sigue por ejemplo: es más barato alquilar por día que por semana, se supone que si uno paga todo junto deba recibir un descuento o rebaja. Pero no, en Mar del Plata la lógica no funciona así, como lo muestra esta foto:
A tan sólo un par de cuadras de la playa y en la peatonal más transitada de "la Feliz" hay un local dedicado ENTERAMENTE a la venta de dvds y Blu rays truchos, pero lo más interesante de este lugar es el cartel que explica que "réplica significa copia". Claramente los gordos panza de vino que pululan por el centro no saben el significado de palabras raras, por lo que hay que explicarles. No me extrañaría que haya otro cartel que explique el "blu ray son esos discos nuevos que no funcionan en los reproductores de dvds, son lo que andan en la pley tré, esa que usas para jugar al Uining y al Fifa".
Por suerte acá en Buenos Aires las cosas son muy distintas. Tan distintas que en vez de hablar de la caja de alfajores Trufles que me traje (que no sé realmente si se pronuncia "Trufles" como se escribe o en inglés que sería algo como "Trafels") y de los cuales ya hablamos en este post voy a hablar de un viejo conocido que nunca pasó por acá, el Jorgito de fruta. Ya sé lo que están pensando: a nadie le gustan los alfajores de fruta, pero sin embargo existen, por eso merecen un lugar en este blog. Veámos qué onda:
Packaging: el envoltorio de este Jorgito tiene el mismo diseño de sus hermanos negro y blanco pero con color blanco en su fondo y lineas de otro color, lo que lo hace fácilmente reconocible. No es muy lindo pero cumple su objetivo
Cobertura: delgada capa de glaseado de azucar, que no se despega de su base afortunadamente como si ocurre con otros alfajores de este estílo. Su dulzor es promedio, no empalaga pero se nota.
Relleno: la capa de dulce de membrillo que le da su denominación "alfajor de fruta" (y yo me pregunto: ¿qué pasaría si lo llamamos "alfajor de dulce de membrillo"?) tiene su presencia notable y agradable. El gusto a membrillo se hace notar y hace buena combinación a pesar de que a pocos les guste.
Galletas: dos galletas blandas de color amarillo claro, con un toque de esencia de vainilla, se desmigajan fácilmente y no provocan excesivos restos. Se dejan tragar agradablemente y contienen bien al relleno.
Aroma: realmente no noté ningun aroma especial al abrir el packaging pero si acercamos la nariz se nota el olor a membrillo, muy agradable.
Tamaño: 50 gramos, algo promedio para un alfajor "simple". El tamaño es también el normal.
Post degustación: el sabor dura muy poco en la boca, casi no queda nada pero por lo menos no cae pesado, algo de agradecer.
Precio: entre 3 y 4 pesos, depende cuán garca sea el kioskero de turno
Se puede conseguir en: cualquier kiosko, pero al no haber mucha demanda de ellos no son fáciles de conseguir.
Eso es todo amigos, nos seguimos encontrando aquí y en nuestra página de fans de Facebook, en la cual ya somos más de 100, así que si tienen tiempo al pedo y quieren invitar amigos, serán bienvenidos.
¡Salud y alfajores para todos!
Comentarios
Una sola vez fui en verano y me prometí optar por una bañadera en la que me queden los pies afuera antes que tirarme acurrucada en la arena de La Bristol, rodeada de gente, pañales, envoltorios y morlocks. Never again!
Lo del "suicidio antropológico" me parece genial como término. A patentarlo todos!
Sobre el alfajor, tengo un tremendo rechazo por el dulce de membrillo así que paso de probarlo.
Besos!!
1) Mar del Plata en enero apesta, es lo peor que te puede pasar.
2) Amo con locura los alfajores de fruta y banco mil al Jorgito aunque no sea el alfajor más feliz.
Muacks!
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Saludos